jueves, 2 de febrero de 2012

Maldito karma


Una de las creencias básicas del hinduismo es la ley del karma o acción. Básicamente significa que todo buen pensamiento, palabra o acción engendra una reacción similar que afecta a nuestras vidas, y todo pensamiento desagradable o mala acción vuelve a hacernos daño en esta vida o en la siguiente.

Una de las premisas de la creencia del Karma es que uno siempre debe tener en la mente las posibles consecuencias que tendrán sus acciones. En esto estoy de acuerdo; si intentas suponer los efectos que tendrá tu acción podrás decidir con más claridad qué hacer, cuál es la mejor opción, y así tratar de minimizar los daños, o no. A veces uno no piensa, simplemente actúa, y arrasa con todo a su paso, sin ningún tipo de miramiento. Pero bueno, sinceramente creo que eso son fallos que uno debe cometer para adquirir nuevas experiencias, para crecer, para ir madurando poco a poco.

Lo cierto es que en estos días, y desde que tengo conocimiento, me he topado con muchas historias desafortunadas ¿a caso debería creer que todas esas personas han tenido malas acciones o malos pensamientos en otra vida? Porque de verdad os lo digo, si así fuera, en un tiempo pasado, esas personas de las que os hablo debieron ser unas sucias rameras sin sentimientos para que en esta vida presente se les acumule tantísimo sufrimiento. Yo prefiero creer que la vida es así; 
a veces la realidad nos muestra su lado más duro. Las personas sufren las consecuencias de un accidente, de la terrible casualidad o de la puta mala suerte. Da igual a qué adjudiquemos esos desastres, la verdad es que pasan constantemente y los efectos son demoledores.

No quiero contaros ninguna historia particular, no quiero convertirme en la embajadora de asuntos afanosos, prefiero que eso quede para la intimidad. Sólo pretendo invitaros a reflexionar un poco sobre lo rápido que pueden cambiar las cosas; en un instante tus objetivos, tus valores, tus creencias pueden dar un enorme vuelco. Con estas palabras, mi gente, deseo daros un aliento hacia el optimismo, hacia la lucha, hacia la superación, ya que todos, en mayor o en menor medida, tenemos problemas, asuntos difíciles y dolorosos a los que enfrentarnos…eso sí, pensar que a menudo son insignificantes y lo único que hacemos es quejarnos. ¿Sabéis que he podido ver en las personas que más han sufrido? Que ellos han cogido la maldita toalla, que no se han rendido. Que sus planes de futuro un día se vieron truncados y por lo que pelean ahora es por el día a día. Y eso es lo que deberíamos hacer todos.

Que no os asusten las consecuencias, que nada os impida intentarlo. Que lo fácil es enfadarse, gritar, llorar, patalear, cerrar los ojos, tirarse al suelo, conformarse. Que lo más sencillo es no hacer nada... pero el tiempo pasa, y nadie va a venir a devolvernos todo el que hemos perdido. Que sí, que da miedo, mucho miedo… yo estoy aterrada. Pero mira, si fracasamos que sea en el intento. 
  
Después de todo esto, os diré que definitivamente no creo en el Karma, ni en ninguna religión, ni en ninguna divinidad suprema. Yo deposito mi fe en las personas. Creo en el aquí y en el ahora. Creo en la naturaleza, en la vida. Creo en la razón y en la evolución. Creo en la libertad. Creo en el amor y en la amistad, creo en el vínculo entre hombres y mujeres, que es lo que nos da la fortaleza. Creo que sólo nosotros mismos podemos mejorar nuestra existencia.

Mi consejo:
 por si no hay una próxima vida, disfrutar más y mejor esta.

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